La gasolinera de Popo Park: Crónica de un ecocidio anunciado

Escrito por el 2 de febrero de 2024

El día que finalmente talaron los árboles, las y los vecinos sólo lograron avisarse de la presencia de trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad, que con las grúas sonorizadas con sierras eléctricas, dieron fin a la vida de varios árboles y vegetación.

En la última semana de junio de 2023, vecinos de Popo Park, fraccionamiento bajo la jurisdicción de Atlautla, se reunieron para exigir con pancartas, consignas y cartulinas, no se derribaran los más de 6 árboles que una obra, hasta entonces desconocida, ponían en riesgo. 

Durante la primera manifestación, cerca del paraje conocido como “Los Arcos”, en la carretera federal México-Cuautla, la secretaria técnica del ayuntamiento, Erika García, acompañada de Julio Rainer Escamilla de COPACI; Francisco Arguelles Melchor, delegado de Popo Park y, un representante de gobernación estatal, indicó que la obra no contaba con ningún permiso de derribo ni poda de árboles. Y aseguró que tanto ella, como los funcionarios que la acompañaban, desconocían por completo de qué se trataba la obra. 

Por la mañana siguiente, 26 de julio de 2023, flanqueados por integrantes de la policía estatal, municipal y la Guardia Nacional, los poco más de veinte vecinos reunidos entablaron diálogo con José Alfredo Jiménez Galindo, director de Desarrollo Urbano municipal y Armando Díaz González, representante del ayuntamiento.  Sostuvieron nuevamente que la obra, todavía de origen y destino desconocido para ellos, no contaba con permisos para el derribo de árboles. “Hay dos autorizaciones. Una para una barda perimetral y otra para la excavación. Nada más. No hay permiso para otra cosa”, aseguró en ese momento Díaz González. 

Varios de los vecinos cuestionaron las acciones que tomaría el gobierno municipal ante las irregularidades encontradas: falta de permisos de construcción para una distribuidora de combustibles; falta de autorización ante la Agencia de Seguridad Energía y Ambiente (ASEA) para la instalación, construcción, operación y mantenimiento de una estación de servicio para la venta de combustibles; la ausencia de la Manifestación de Impacto Ambiental. Derivado de las múltiples irregularidades, los manifestantes exigieron se detuvieran los trabajos en el predio hasta que la empresa demostrara que contaba con todas las licencias, permisos y autorizaciones correspondientes. 

La reunión concluyó con el acuerdo de realizar una visita de verificación por parte de las autoridades municipales, un par de vecinos fungieron como testigos del procedimiento. 

El mayor impedimento para efectuar la inspección lo pusieron trabajadores de la obra. Hombres entre los 25 y 50 años de edad, quienes tenían la certeza del destino de la construcción, pero incertidumbre por el futuro de sus trabajos. Tras varios intentos por verificar la legalidad de la obra y si ésta ponía en peligro la vida de los árboles, las autoridades municipales determinaron suspenderla. Pero no sería hasta un par de días después, durante una reunión a puerta cerrada con representantes del ayuntamiento, que el área facultada sorprendió a los vecinos con la noticia de que tres sellos habían sido colocados en una fracción mínima de la construcción, por lo que los trabajos quedaron detenidos parcialmente.

El argumento que dio el ayuntamiento, a través de las áreas de Desarrollo Urbano y la Secretaría Técnica, fue que las irregularidades encontradas sólo abarcaban la edificación de unos cuartos, dejando de lado las demás observaciones que fueron registradas en la visita de verificación, como el derribo de dos árboles y la falta de documentación que acreditara su legalidad.

Una vez concluida la reunión, los vecinos se dirigieron a “Los Arcos» para cerrar la circulación de la carretera  México-Cuautla, como respuesta a lo que consideraron un engaño y falta de transparencia de la autoridad municipal. Dos horas después de iniciado el bloqueo y a una semana de exigir su presencia para informar sobre la situación de la gasolinera, Raúl Navarro Rivera, alcalde de Atlautla, llegó al sitio para finalmente dar la instrucción de hacer efectiva la suspensión total de la obra; que no duraría mucho, ya que a finales de noviembre se reanudó la construcción. 

En el diálogo que sostuvo con vecinos, el alcalde perredista aseguró que el permiso para construir la gasolinera fue concedido por la administración anterior, contradiciendo lo dicho por los diferentes miembros de su gabinete, quienes se mantuvieron en su postura inicial:  no conocer lo que en el lugar se construiría. 

Navarro Rivera acordó, en los días posteriores, reunirse con los vecinos para que, junto con Gerardo López Méndez, representante de la obra, se revisara la documentación de la gasolinera.  

El 4 de agosto de 2023, la reunión se realizó en la sala de cabildo del ayuntamiento. Estaban presentes Tania Arévalo Mederos, del área de Desarrollo Urbano estatal; Raúl Navarro, así como los funcionarios ya conocidos por las y los vecinos. 

Durante la junta, el representante de la obra aseguró que solicitó al ayuntamiento los permisos correspondientes para la construcción de la gasolinera, pero sólo le otorgaron licencias para lo que llamó “obras preliminares”, refiriéndose a las licencias otorgadas para el levantamiento de una barda perimetral y excavación. El ayuntamiento, por su parte, respondió que la empresa únicamente solicitó los permisos que le fueron entregados.

Un fragmento importante del intercambio estuvo centrado en el uso de suelo que ostenta el predio donde se construye la gasolinera, hasta ese momento las autoridades informaron el cambio reciente: “Corredor urbano CRU200A”, lo que permite la instalación de una distribuidora de combustibles en la zona. 

En cuanto a los trabajadores, el representante de la gasolinera, ante los señalamientos de los vecinos sobre la responsabilidad que la empresa constructora debe tener con quienes laboran en la construcción, señaló que “todos son trabajadores eventuales” por lo que no estaba obligado a pagarles mientras no trabajan. Los vecinos insistieron en que CAMYCEN y la empresa constructora debían apegarse a los procedimientos legales, ya que las irregularidades encontradas también dejaron desprotegidos a sus trabajadores. A esto, el representante de la gasolinera aseguró no estar preocupado por los trabajadores y recalcó que mientras no laboren, no se les garantizará el pago correspondiente. Al término de esa reunión, acordaron continuar con la revisión de las licencias. 

Sin embargo, esa reunión no llegó, debido a las restricciones que impusieron los representantes del ayuntamiento, entre ellas, reducir el número de vecinos presentes, realizar la reunión a puerta cerrada, continuar con la revisión sin la presencia del presidente municipal y prohibir la entrada a medios de comunicación. 

El 11 de agosto se rompió el diálogo entre los vecinos y las autoridades del municipio de Atlautla, y con ello la oportunidad de informar sobre los procesos de una obra que vecinos de las delegaciones de Popo Park, Delicias, San Juan y de los municipios aledaños de Ozumba, Tepetlixpa y Amecameca señalaron como irregular. 

Los sellos de suspensión que colocó el ayuntamiento atrajeron la atención de otras instancias como el Instituto de Salud del Estado de México, quien colocó un par de sellos en las inmediaciones de la construcción, esta vez por falta de permisos sanitarios. Los sellos indicaban que la suspensión se aplicó como una medida para proteger la salud de la población. 

Para octubre, ya sin los sellos del municipio ni los del ISEM, la Secretaría General de Gobierno, a través de la Coordinación General de Protección Civil de la entidad, colocó tres nuevos sellos con los folios 836-2023, 837-2023 y 838-2023. Esto alertó nuevamente a los vecinos, quienes luego de una reunión hicieron público que el 6 de octubre de 2023, una licencia que autoriza la construcción de una gasolinera en el sitio, firmada por José Alfredo Jiménez, director de Desarrollo Urbano municipal, fue entregada al representante  de CAMYCEN S.A. DE C.V. Lo que incumpliría las suspensiones que determinó primero el ayuntamiento, y después otras instancias estatales. 

 

Todo empezó por unos árboles

Al día de la publicación de esta nota, en un recorrido del costado carretero donde se localiza la gasolinera, se puede apreciar que fueron talados varios árboles y vegetación. De los cedros, sólo permanecen tres ejemplares adultos con sus raíces expuestas, acompañando una señalización donde a la letra dice: “Bosque de los árboles de navidad”. 

Sólo desde la entrada de Amecameca hasta Tepetlixpa, sobre la Carretera Federal México-Cuautla, un tramo que abarca aproximadamente 10 kilómetros, existen ocho gasolineras y nueve tiendas de autoservicio Oxxo. 

La nueva gasolinera, de la empresa de combustibles CAMYCEN S.A. DE C.V., se suma a la instalación cada vez más frecuente de desarrollos comerciales que transforman áreas anteriormente destinadas a la agricultura o preservadas por su importancia paisajística y ambiental. Al mismo tiempo, la tala de estos árboles se agrega a los impactos ecológicos sobre una región asediada desde hace tiempo por la deforestación, y ya más reciente por los efectos de la urbanización, de la crisis hídrica y climática.

 

Árboles talados


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