Caminamos juntas, porque vivas nos queremos

Escrito por el 22 de julio de 2021

Texto: Alejandrina Jiménez y Verónica Galicia
Fotos: Yolotzin Hernández

“Señor, señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente” fue uno de los reclamos que acompañó la marcha de mujeres, este viernes 16 de julio, tras la convocatoria de la colectiva “Feminismo zona oriente Volcanes”.

Desde mediodía, mujeres provenientes de diferentes poblados del suroriente mexiquense, se congregaron en la plaza central de la cabecera municipal de Amecameca para marchar al Centro de Justicia para las Mujeres (CEJUM) de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM). Al lugar también llegaron familiares, amigas y vecinas de alguna de las mujeres asesinadas o desaparecidas.

La marcha inició con un pase de lista de las niñas y mujeres desaparecidas y asesinadas en la región. Durante el trayecto, las participantes compartieron consignas acompañadas de mensajes en cartelones y una manta que abría el paso de las y los familiares que encabezaron esta caminata.

¡Justicia! ¡Ni una asesinada más! retumbaron entre los vecinos que salieron de sus casa o negocios para ver qué sucedía. Tras el paso se escucharon algunos aplausos como muestra de apoyo para quienes caminaron y para aquellas mujeres que no pueden alzar la voz, porque las mataron. Está es la realidad en el Estado de México, «las mujeres no aparecen muertas, a las mujeres se les mata» como espetó una de las participantes.

Fue un kilómetro el que recorrieron las participantes para llegar al Centro de Justicia para las Mujeres. En la explanada frontal del edificio inaugurado en 2017, las asistentes guardaron un minuto de silencio, muestra de su solidaridad con familiares de las víctimas. Siguió el mitin en el que se leyó un pliego petitorio, el cual fue entregado también a las autoridades de ese Centro de Justicia.

La vida sin ellas

En la marcha estuvo presente la abuelita de Dulce Karen, una de las mujeres asesinadas en la comunidad de San Pedro Nexapa durante este 2021. “Ha sido difícil sobrevivir al asesinato de Dulce Karen”, reflexiona la mujer, quien acompañada de sus hijas y nietas, ha decidido no guardar silencio. El feminicidio de la joven transformó la vida de todas, incluyendo la de su pequeña hija.

La tarde del 24 de enero, Dulce Karen salió de su domicilio ubicado en San Pedro Nexapa. Cerca de las 7 de la tarde, Karen recibió una llamada telefónica. Dejó su teléfono celular y salió de casa. Eso es lo último que su mamá supo y vio.

Tras 33 días, el cuerpo de la joven mujer fue encontrado en un terreno de la carretera Amecameca – San Pedro Nexapa, a pocos kilómetros de su comunidad.

San Pedro Nexapa es una de las 8 delegaciones que conforman al municipio de Amecameca. Con poco más de 5 mil personas, Nexapa es paso para el turismo que desea estar cerca del Popocatépetl. De esta delegación proviene la señora Rufina y su nieta de 13 años. En menos de 5 meses este poblado ha registrado dos feminicidios uno de ellos, el de su sobrina Angélica Catalina.

El 5 de julio, el cuerpo de Angélica Catalina, una niña de 7 años fue localizado sin vida en un rancho de la comunidad. De acuerdo con la información proporcionada por las autoridades, los padres de la niña salieron de su domicilio y dejaron a la menor junto con sus otros hermanos. De regreso, al no encontrarla en su casa, padres y vecinos iniciaron su búsqueda. Horas después, el cuerpo de Angélica fue hallado. Presentaba una lesión por un objeto punzo cortante.

“Estamos hartos. Ya basta de que esté pasando esto”,  dice doña Rufina y enérgica exige justicia “no nada más por ella (Angélica Catalina), sino porque yo también tengo hijas, tengo nietas y la verdad ya no queremos que siga pasando esto”.

Fotografía: Yolotzin Hernández

La violencia feminicida y desapariciones de niñas y mujeres en los municipios de la región de los volcanes ha crecido alarmantemente en el último lustro en la región. Desde el municipio de Ecatzingo llegaron las amigas de Fátima para visibilizar el caso de la joven asesinada hace seis años. Acompañadas de una foto y un cartel con letras grandes que exigen “JUSTICIA”, caminan junto a otras que comparten su dolor y rabia.

Fátima era una estudiante del primer año de preparatoria en Ecatzingo. Un día al salir de clases desapareció. Días después su cuerpo fue localizado en unos terrenos baldíos a la entrada de este municipio. Del asesinato de Fátima jamás se volvió a hablar, hasta hoy. A través de esta marcha que convoca la indignación de muchas, las jóvenes buscan romper el silencio casi siempre cómplice que permite la impunidad con regla.

¿Qué quieren, verme muerta?

Beatriz Adriana Aparicio es artesana. Originaria del estado de Oaxaca, decidió mudarse al municipio mexiquense de Ixtapaluca. Madre de tres hijos, Beatriz fue víctima de violencia de género, a pesar de haber denunciado, su atacante sigue en libertad.

La noche del 10 de julio de 2020, Beatriz fue atacada por el papá de su hija menor. Ese día, al regresar a su casa vio a una persona arrojando una piedra, al acercarse distinguió a su ex pareja, quien se le fue encima. La mujer recibió varios golpes y heridas  producidas por un desarmador.

Beatriz denunció la agresión en el Centro de Justicia para las Mujeres en Amecameca, de ahí, la transfirieron a la Agencia Especializada en Violencia Familiar, Sexual y de Género (Ampevis) de Ixtapaluca. Su denuncia no ha avanzado, “me traen vuelta y vuelta. Siento que quieren cansarme para decir: ¡Ya, ya no voy!”, acusa.

Al igual que muchas mujeres en el país, Beatriz enfrenta la indolencia de las autoridades, el andamiaje burocrático y la indiferencia.“¿Qué quieren, verme muerta?”, espeta.

Para ella la vida cambió, el poco o nulo avance en la denuncia, el vínculo de su agresor con policías de Ixtapaluca, la llevan a vivir con miedo. “Es feo que tengas que llegar a tu casa y ver por todos lados, sino me está esperando.”

En México son asesinadas 11 mujeres al día.  En los primeros seis meses de 2020 fueron asesinadas 1, 844 mujeres, de acuerdo a datos del INEGI. Los estados con mayor número de feminicidios reportados son: Estado de México, Jalisco, Michoacán, Ciudad de México y Veracruz.

7 de cada 10 mujeres son violentadas. La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), estima que entre enero y agosto de 2020, 9% de los hogares mexicanos experimentaron alguna situación de violencia familiar. Durante el confinamiento por la emergencia sanitaria, las llamadas de auxilio al 911 se incrementaron.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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