Hablar para seguir vivas

Denunciar y resistir son las recomendaciones que da Adriana a las mujeres que han sufrido violencia, “hay que hablar para no dejar que nos maten”, comenta durante nuestra conversación.

Adriana Aparicio es artesana. Originaria de Santa Catarina Yosonotú, Oaxaca, decidió mudarse al municipio de Ixtapaluca en el Estado de México. Y es una de las mujeres que cuenta con la medida de protección a víctimas de violencia, luego de haber sido agredida por el papá de su hija menor.

A pesar de contar con esta medida protección, Adriana, al igual que muchas mujeres en el país,  tiene que enfrentar el proceso burocrático y la indiferencia de las autoridades.

En 2021, en el Estado de México, se proporcionaron 436 medidas de protección a víctimas; además de 571 órdenes de aprehensión por violencia de género, según lo reportado por la comisionada para prevenir la violencia, Fabiola Alanís.

Desde 2019, Adriana fue víctima de violencia, el abuso físico y verbal fueron parte de su vida diaria. Era agredida frecuentemente por su ex pareja. La noche del 10 de julio de 2020, al regresar a su casa, la mujer vio a una persona arrojando una piedra, al acercarse distinguió al padre de su hija, quien la atacó con un desarmador, produciéndole varios golpes y heridas.“Él no dejaba de gritar que me iba a matar, y yo sólo me quedé paralizada”, relata.

Preocupada por su familia, Adriana denunció la agresión en el Centro de Justicia para las Mujeres (CJM) en Amecameca. Estos Centros de Justicia son espacios que atienden a mujeres y niñas para garantizar su derecho a una vida libre de violencia. En el CJM de Amecameca, muchas mujeres desisten de sus denuncias debido al trato de las autoridades a cargo. Con Adriana, no fue diferente, en este Centro de Justicia no siguieron el caso con perspectiva de género, tampoco se investigó como intento de feminicidio.

Las autoridades a cargo catalogaron el ataque como riña familiar, por lo que la transfirieron a la Agencia Especializada en Violencia Familiar, Sexual y de Género (AMPEVIS) en Ixtapaluca; ahí el caso tampoco avanzó. El vínculo de su agresor con policías de Ixtapaluca, provoca que Adriana  viva con miedo.

No había ningún avance, él me seguía hostigando y en el AMPEVIS se burlaban de mí, no hacían nada por protegerme”, acusa.

Harta del nulo avance en su caso, Adriana decidió alzar la voz y se acercó a colectivas feministas para pedir ayuda. Para la joven mujer, los medios de comunicación han tomado un papel importante, «Cuando mi ataque se hizo mediático, la carpeta de investigación empezó a avanzar, hablé porque la violencia no es ni debe ser normalizada”, asegura contundente.

En el Estado de México, 11 de los 125 municipios cuentan con alerta de violencia de género, seis son del oriente mexiquense: Nezahualcóyotl, Ecatepec, Chimalhuacán, Valle de Chalco, Ixtapaluca y Chalco.

Entre sollozos, Adriana afirmó que a pesar de tener miedo, prefiere “morir de pie y buscando justicia”. Para ella, denunciar sólo fue el principio de su lucha, ahora debe seguir alzando la voz para que su caso sea atendido. Para sentirse segura.

Le digo a las mujeres que sufren o sufrieron violencia que hablen, que no se dejen matar, hay que mostrar que somos fuertes. Cuando denuncié, entendí por qué las mujeres no hablan, porque las autoridades no hacen nada, me agredían más, querían que desistiera, pero me hice escuchar, hablé».

A Adriana aún le falta mucho por recorrer, a pesar de que su voz comenzó a ser escuchada, no ha sido suficiente: su agresor sigue libre.

De acuerdo a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, en 2021, Ixtapaluca reportó cuatro feminicidios. En el corte informativo sobre violencia contra las mujeres del Secretariado Ejecutivo -de enero a abril de este año- la entidad mexiquense reportó 53 presuntas víctimas de feminicidio.

Adriana asegura que en el AMPEVIS de Ixtapaluca, la atención es deficiente. Considera que el trato y seguimiento de las autoridades se enfoca en la revictimización.

Muchas veces las autoridades se burlaron de mí, parecía que querían que llegara muerta, pero aún así hay casos de feminicidio no resueltos. Quiero que la gente sepa que las mujeres sufrimos violencia, que nos hostigan, nos acosan, nos violan. Nos tratan de matar».