DENUNCIAN REVICTIMIZACIÓN Y MALOS TRATOS EN EL CJM DE AMECAMECA

Escrito por el 19 de mayo de 2022

Como la mayoría de personas en la periferia del Estado de México, Andrea tiene que desplazarse diariamente a su trabajo. Para moverse del oriente mexiquense a la capital, Andrea -a quién se le cambió el nombre a solicitud de ella- debe tomar transporte público.

En abril, durante el trayecto de regreso a su localidad, Andrea fue víctima de acoso sexual.

Salí de mi trabajo y abordé el camión, como estaba cansada me quedé dormida. Sentí que me estaban tocando y desperté, cuando me di cuenta de lo que estaba pasando, sólo pude marcarle a mi mamá para que me diera apoyo”, narra.

De acuerdo a ONU mujeres, el acoso sexual en espacios públicos es una de las manifestaciones más frecuentes y normalizadas de violencia. En 2021, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó que el 24.7 por ciento de mujeres denunció acoso sexual en transporte público.

Con el objetivo de conseguir justicia, Andrea acudió con la policía de su localidad, quienes la canalizaron al Centro de Justicia para las Mujeres (CJM) de Amecameca.

Cuando llegué los policías cuestionaron mi denuncia. Parecía que me querían hacer entrar en duda y desistir, me sentí atacada, sentí que no me entendían, no se estaban poniendo en mis zapatos. Yo les dije que iba durmiendo y ellos no me creyeron”, señaló.

Los Centros de Justicia son espacios de servicios especializados, integrales e interinstitucionales, que atienden a mujeres y niñas para garantizar su derecho a una vida libre de violencia.

De acuerdo a las autoridades, para los CJM, es primordial que sus mecanismos de monitoreo y evaluación cuenten con enfoques de género y de derechos humanos; para determinar si las acciones que llevan a cabo contribuyen realmente al acceso a la justicia de las mujeres sobrevivientes de violencia.

DenuncianEn 2010, los Centros de Justicia para las Mujeres surgen en México como una iniciativa de la Secretaría de Gobernación, a través de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM), dependencia que otorga el recurso financiero de estos centros.

En el Estado de México hay cuatro Centros de Justicia: Toluca, Cuautitlán Izcalli, Ecatepec y Amecameca.

 

En marzo de 2017, el gobernador Eruviel Ávila inauguró el CJM amecamequense, con el objetivo de orientar y brindar apoyo jurídico, psicológico y social. Además de investigar y perseguir los delitos relacionados a violencia de género.

De acuerdo al abogado Jesús Cervantes, los espacios especializados para la atención de violencia de género, deben seguir un protocolo para ofrecer a las mujeres un espacio diferente respecto a las otras dependencias gubernamentales. Los Centros de Justicia deben evitar la revictimización y promover la redignificación.

Sin embargo, en el CJM de Amecameca, muchas mujeres desisten de sus denuncias debido al trato de las autoridades a cargo.

Cuando llegué a levantar mi denuncia, los agentes me cuestionaron, comenzaron a preguntar si estaba segura, me sentí atacada, sentí que no me entendían; cuando les dije que durante el acoso yo iba durmiendo, ellos dijeron que entonces no me violentaron en el transporte. No me creyeron”, relata Andrea.

Los servicios que los Centros de Justicia deben ofrecer, están enfocados en la atención psicológica, jurídica y médica; así como, albergues temporales de 72 horas y talleres de empoderamiento social y económico para apoyar a las mujeres a salir del círculo de violencia.

En el caso de Andrea, el CJM de Amecameca no ha abierto una carpeta de investigación; tampoco le han ofrecido atención psicológica ni médica. Como parte de la atención jurídica, sólo tomaron su declaración, la cual, fue modificada por la ministerial a cargo.

Se supone que me asignaron a una licenciada, ella tenía que llevar mi caso y aún siendo mujer me trató mal. Al hacerme las preguntas, me hablaba muy grosera. Ella solo tomó mi declaración, pero la cambió. Dijo que la declaración tenía que ser cambiada, porque la mía no estaba argumentada y no iba a proceder”, acusó.

Al acudir al CJM, Andrea buscaba conseguir justicia, ser tratada con empatía y recibir el apoyo necesario, sin embargo, ahí también fue agredida.

Esperaba que realmente hicieran su trabajo, nadie merece que otra persona la agreda, él me tocó como si fuera de su propiedad aún sin conocerme. Sólo pido que traten a la gente con más criterio o empatía, que tomen en serio el acoso que sufrimos en las calles y el transporte, que den seguimiento a los casos, que recibamos justicia”.

Para el abogado Cervantes, en la entidad mexiquense no ha habido una acción política real contra la violencia, “las mujeres se quejan del trato grosero, despótico y el maltrato que reciben en el CJM de Amecameca. Muchas personas desisten de sus denuncias por el trato a pesar de ser mujeres que casi asesinan”, sostiene.

De acuerdo a un informe publicado en 2017 por Equis: justicia para las mujeres, los Centros de Justicia no están contemplados en las leyes orgánicas de la administración pública estatal, por lo que su funcionamiento queda a cargo de secretarías o procuradurías locales. La coordinación de un Centro de Justicia es asignada por el gobernador de la entidad. En Amecameca, Lizbeth Hernández Zavala es la coordinadora del CJM.

En la periferia mexiquense, la apertura en los temas de la mujer y violencia de género es escasa, en algunos casos, es normalizada. Visibilizar la violencia de género, el seguimiento de las denuncias y el buen trato, son algunas de las peticiones que hacen mujeres y abogados al CJM amecamequense.

Los CJM están obligados a brindar la atención correcta, parece que le están dejando todo el trabajo a las colectivas cuando estos Centros tienen la obligación de servir”, añade el abogado Cervantes.

En la zona oriente del Estado de México, las colectivas feministas empiezan a tener un reconocimiento cada vez mayor. El apoyo que brindan también se basa en asesoramiento, sobre todo, en el apoyo emocional y acuerpamiento para poder denunciar.

Como abogado, recomiendo que las mujeres víctimas de violencia o familiares de víctimas, primero se acerquen a colectivas feministas, ellas pueden ser su primera instancia de atención, donde sentirse seguras para después ser canalizadas a algún CJM”, sugiere Cervantes.

Quienes laboran en el Centro de Justicia para las Mujeres en Amecameca deben ser capacitados para atender a las víctimas de violencia, además, de contar con enfoques de género y de derechos humanos. Su objetivo es brindar justicia a las mujeres sobrevivientes de violencia en una entidad donde las diferentes violencias son parte del día a día de mujeres y niñas.


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