¡Mujer, escucha, esta es tu lucha!

Escrito por el 10 de marzo de 2020

“¡Mujer, escucha, esta es tu lucha!” retumbó en las calles de la Ciudad de México. Miles de mujeres salieron este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, para mostrar que el miedo no es opción y la lucha para defender su vida en un México que registra en promedio 10 asesinatos diarios de mujeres, es una realidad que no debe ni puede repetirse.

Desde el mediodía, miles de mujeres llegaron al Monumento a la Revolución. Las calles aledañas se pintaron de morado. “No se puede avanzar”, repetían quienes intentaban caminar un poco más para integrarse a los cientos de contingentes, que minutos después avanzarían rumbo al Zócalo capitalino.

Familiares de víctimas de feminicidio, colectivas, grupos organizados, mujeres a título individual mostraron su fuerza. Las calles fueron de ellas. El miedo con el que se habitan estas geografías se convirtió en una de las formas más claras y poderosas de la lucha feminista en México.

Por más de cuatro horas, la marea multicolor recorrió las principales calles y avenidas de la ciudad, lo mismo portando carteles, con los que dejaban en claro su acción y participación: “no somos histéricas, somos históricas”; o el grito “no me cuida la policía, me cuidan mis amigas”, se escucharon sin parar.

Las participantes recordaron a las mujeres asesinadas, desaparecidas, violentadas: “venimos por aquellas que ya no están, pero también por nosotras”, dijeron. En  la antimonumenta instalada frente al Palacio de Bellas Artes, los testimonios ahí compartidos fueron escuchados por las manifestantes. “No estás sola”, “Yo sí te creo”, “Justicia” fue la respuesta colectiva.

Metros más adelante, sobre la avenida 5 de mayo, último trayecto antes de llegar al Zócalo, una mujer desde su ventana contemplaba el avance de la marcha. Desde un edificio rojo, la mujer de unos 70 años, miraba sorprendida el paso. Algunas mujeres detuvieron su camino, se instalaron abajo y corearon al únisono: “mujer, escucha, esta es tu lucha”. La mujer las saludó, les mandó un beso y lloró. Abajo, la emoción se desbordó…siguieron su camino. Sus pasos estuvieron acompañados por la histórica Bella Ciao, interpretada por una pareja de músicos apostados en la banqueta.

Durante el paso de la marcha, que de acuerdo a cifras de las oradoras, llegaba a 100 mil participantes, los dolores encontraban un eco profundo. En algunos de los monumentos o paredes intervenidas, lo mismo se veía los rostros de niñas y mujeres desaparecidas o asesinadas. En esas calles estaba el cartel con el rostro de Vanessa Ruiz, joven universitaria cuyo cuerpo fue localizado la madrugada del 2 de febrero de 2019, en un poblado del municipio de Ozumba, Estado de México.

En el templete instalado frente a Palacio Nacional, las oradoras tomaron una a una el micrófono. Desde el centro del país sus testimonios fueron escuchados en la enorme plaza, donde horas antes  habían sido inscritos los nombres de cientos de mujeres asesinadas.

Ahí estuvo la hermana de Sara Abigail Salinas Sandoval, joven asesinada el 25 de agosto de 2019, en el municipio de Zempoala, Hgo. Sara fue víctima de un hombre, quien la prostituyó cuando ella tenía 16 años, pero no sólo fue víctima de él, aclara la hermana, también “ha sido víctima de esta sociedad que es clasista, machista y patriarcal”. Aseguró que el sistema de justicia mexicano no le sirve a las mujeres “que estamos aquí en las calles; a nosotras que trabajamos”, por el contrario, el sistema de justicia, continúo, “a mi hermana que estudiaba y trabajaba la está revictimizando. Han pasado seis meses y no hay resultados, ni siquiera hay un responsable”.

También se escuchó el pronunciamiento de la Asamblea Juntas y Organizadas, quienes están dando la lucha en las instituciones, empresas y escuelas. Acusaron que empresarios, profesores, funcionarios y estudiantes han actuado con mecanismos represivos. Señalaron que las escuelas y universidades deben expresarse y condenar su criminalización, “entiendan que somos mujeres que luchan contra este sistema patriarcal, la violencia lingüística, la violencia feminicida. Luchamos contra esta civilización, debemos hacer historia, hacer real la posibilidad de un futuro. Demos batalla por el derecho a decidir sobre nuestra educación, nuestras cuerpas, amores y sistema de salud para que ninguna niña o mujer sea obligada a nada ni a parir”.

Habían transcurrido cerca de cuatro horas desde que la marcha partió, ya desde el Monumento a la Revolución o el Ángel de la Independencia. Quienes habían llegado al Zócalo se congregaban en la plancha, o bien, frente a la puerta Mariana de Palacio Nacional. En este flanco, el polvo de los extintores revoloteaba entre la concentración de un grupo de mujeres que pretendían acercarse a esta entrada.

¡Justicia, justicia, justicia!” fue el clamor. Con esta marcha, una de las más grandes, de las que se tiene registro, mostró la fuerza de miles de mujeres quienes tomaron el espacio público para recordar que en este país, las mujeres “nos queremos vivas”.

“¿Quién es el moralmente derrotado?”, espetaron desde el corazón del país.

 

Texto: Verónica Galicia.

Fotografías: Alfredo Valencia y Verónica Galicia.

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