¿Cuántos muertos más tenemos que contar?

Escrito por el 22 de enero de 2019

El periodista Rafael Murúa Manríquez fue hallado muerto la tarde del domingo 20 de enero, en el municipio de Mulegé, Baja California Sur. Familiares del periodista habían reportado su desaparición, la noche del sábado.

Murúa Manríquez era director de Radio kashana 93.3 FM, emisora comunitaria que transmite desde la comunidad de Santa Rosalía; además de ser miembro de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias Capítulo México (Amarc-Mx).

La madrugada del martes 22 de enero, horas después del asesinato de Rafael Murúa, personas no identificadas allanaron las instalaciones de la radio comunitaria Política y Rock and Roll, ubicada en Hermosillo, Sonora. Quienes ingresaron destruyeron puertas, revolvieron archivos y sustrajeron dos monitores.

Tanto el asesinato de nuestro compañero, como el allanamiento de las instalaciones de Política y Rock and Roll son un golpe profundo que trastoca el quehacer de las radios comunitarias y medios libres de nuestro país; además de encender la alerta en el trabajo que a diario realizamos desde las diferentes geografías donde nos encontramos.

Rafael  había denunciado amenazas y agresiones en su contra desde 2017. Estaba incorporado al Mecanismo de Protección  para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. A pesar de ello, Rafael fue asesinado.

Nosotras, nosotros, quienes integramos La Voladora Radio, nos preguntamos:

¿Cuántos muertos más tenemos que contar? ¿Cuánto dolor más tenemos que resistir? ¿Cuánto horror más tienen que mirar nuestros ojos?

Vivimos con la muerte a un lado. Se sienta entre nosotros. Convive a diario, y acompaña nuestros pasos.

¿Cuántas veces más tendremos que salir a gritar el dolor por quitarnos a uno de nosotros?

La muerte…esta que nos han impuesto como modo de vida. Como destino único, como número y dato en la larga lista de horror, ¿Hasta cuándo?

Hoy volvemos a llorar, por los que nos arrebataron, por nosotros. Hoy volvemos a revolcarnos en nuestra tristeza infinita.

Asesinaron a Rafael Murúa, pero también mataron una parte de la vida que a diario hacemos desde las radios comunitarias y medios libres.

Hacer radio comunitaria no vale la pena; hacer radio comunitaria vale la vida, pero el mensaje es claro: Hacer radio comunitaria también cuesta la vida.

Sin embargo, hemos decidido quedarnos. Hacer radio comunitaria, a pesar del miedo. Hacerla como nuestra pequeña contribución a la construcción de este país. Hacerla a pesar de todo.

Nuestro silencio nunca será cómplice, ni nuestros derechos moneda de cambio. Nuestra historia no será la misma. No seremos más quienes ponen todo, y después, se los arrebatan. Seguiremos desde esta pequeña realidad que nos ha tocado habitar, siendo el medio de las muchas realidades de nuestras comunidades. Nunca más el fin.

¡Justicia para Rafael y todas y todos los periodistas asesinados!

Colectivo La Voladora Radio

 

 

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