A mi hija Le digo que voy a luchar. ¡Voy a seguir luchando!

Escrito por el 30 de noviembre de 2021

“¡Qué terrible lo que estamos viviendo, me preocupa mi hija!”, dice una joven mujer mientras atraviesa en su motoneta la reducida avenida, que minutos antes se convertiría en foro público donde mujeres como ella -preocupadas por las condiciones que a diario viven las niñas y mujeres en el Estado de México- se reúnen en Amecameca para compartir los dolores, tejer redes de solidaridad, empatía, cuidado y protección.

Desde ese espacio improvisado, interrumpido por el circular de los autos y por personas que, sin el menor reparo de curiosidad e interés pasan de largo. El mensaje de las mujeres ahí reunidas en la primera jornada de mujeres y familiares que luchan en la periferia: Tejiendo redes feministas, es claro, breve y contundente: ¡No queremos a más mujeres y niñas asesinadas y desaparecidas!

Como parte de las acciones de lucha en el marco del Día Internacional de la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, colectivas y familiares de víctimas de feminicidio y desaparición forzada del oriente del Estado de México, organizaron un encuentro para “hacer visible y descentralizar la lucha”, explica una integrante de la colectiva Libertad Morada Ixtapaluca.

La jornada – que en la llamada región de los volcanes, ha tenido como antecedentes las movilizaciones de grupos organizados de mujeres en 2019, 2020 y 2021 para exigir justicia por los feminicidios y desapariciones de mujeres – inició con un recorrido por las dos avenidas más concurridas de la cabecera municipal. Tras unos minutos, el contingente encabezado por madres de víctimas de feminicidio y desaparición llegó al espacio habilitado en el jardín municipal, donde instalaron una ofrenda sobre una de las aceras del jardín municipal.

“Lo realizamos porque nosotras, como todas las mujeres tenemos una urgencia de organizarnos colectivamente. Porque nos están asesinando, nos están desapareciendo y eso nos convoca a organizarnos, a sensibilizarnos; a no ser indiferentes ante las dolencias humanas que estamos viviendo”, fue parte del mensaje de las organizadoras. Recordaron que de enero a septiembre de 2021 han sido asesinadas 110 mujeres, sin contabilizar el caso de 180 mujeres cuyo asesinato está tipificado como homicidio doloso, ni aquellas a las que no se les ha abierto una carpeta de investigación o de las que no se sabe si han sido asesinadas.

Respecto al trabajo y lucha colectiva feminista, una joven de la colectiva Mujeres Despiertas, resaltó la importancia de tejer redes feministas en la región de los volcanes y el oriente mexiquense, quienes, dijo, han estado trabajando para luchar contra el machismo predominante en la zona.

Once municipios del Estado de México cuentan con declaratoria de alerta de género, a pesar de ello, la violencia es más evidente y normalizada. De acuerdo a las colectivas, la entidad ocupó en 2020, el primer lugar en violencia feminicida con 150 casos. Y durante los primeros cinco meses de 2021, se registraron 60 feminicidios.

Estas cifras lo único que demuestran es que el Estado Mexicano y todo su aparato institucional han apostado por la impunidad, la injusticia y en contra de las vidas de las mujeres”.

Le digo que voy a luchar. Voy a seguir luchando

Tejiendo Redes Feministas convocó a familiares y colectivas de los diversos municipios de la periferia mexiquense, entre ellos, Chimalhuacán, Ixtapaluca, Chalco, Amecameca, Ozumba y Ecatzingo. Los testimonios de madres de víctimas de feminicidio y desaparición se escucharon uno a uno.

Ahí estuvo la palabra de la mamá de María Guadalupe Castillo Escamilla, desaparecida en 2019 en el poblado San Marcos Tecomaxusco perteneciente a Ecatzingo. A dos años de su desaparición, no hay avances en la investigación ni resultados de su búsqueda. La familia sigue luchando para que regrese a casa.

Estamos destrozados por no saber nada de nuestra hija que ya va a hacer dos años [desaparecida]. Seguiremos luchando hasta encontrarla. Le dedico estas palabras a mi hija: le digo que voy a luchar. Voy a seguir luchando”.

¡No está sola, no está sola!, le respondieron con contundencia.

 

 

De acuerdo con cifras del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) – del 01 de enero de 2021 al 29 de noviembre del mismo año – 615 mujeres están desaparecidas o no localizadas en el Estado de México. Enero ha sido el mes con el mayor registro de casos con 89; mientras que, de acuerdo a las estadísticas oficiales del RNPDNO; por edad, el mayor número de casos de mujeres desaparecidas o no localizadas está entre los 15 y 19 años.

En México, desde 1964, existen más de 90 mil personas desaparecidas o no localizadas, según consta en datos de la Comisión Nacional de Búsqueda, lo que ha llevado al país a enfrentar una de las peores crisis humanitarias. La búsqueda de personas ha develado la inacción, omisión, ocultamiento y deficiencia en las investigaciones, por lo cual, las y los familiares de las víctimas se dan a la tarea de organizar y realizar sus propias investigaciones ante la impunidad de las autoridades y sus aparatos de justicia.

El 15 de enero de 2018, Norma Dianey García García desapareció en Chimalhuacán. Desde ese momento, Lourdes García Arizmendi, madre de Norma Dianey, emprendió sus propias investigaciones y búsqueda ante la inacción de las autoridades. En este camino, cuenta, “no soy licenciada, no tengo profesión, pero yo he hecho el  trabajo, las autoridades no han hecho ni madres.

Dos personas fueron detenidas por el presunto secuestro de la joven, uno de ellos murió en el reclusorio; el otro fue liberado por falta de pruebas “no hay delito, no hay cuerpo”, fue la resolución del juez.

Las últimas coordenadas de la joven la ubicaron en Nuevo Laredo y Tlaxcala, a este último acudió Lourdes García, sin embargo, ante la corrupción imperante en la entidad, no pudo investigar más. Existían dos demandas por secuestro y desaparición. La denuncia por secuestro fue cerrada, por lo que ahora, el trabajo es sólo por el delito de desaparición. Tras cuatro años de trabajo de la señora Lulú, hace 6 meses, las autoridades emitieron los boletines de recompensa.

Mi hija está en trata de blancas y las autoridades no hacen nada. Son cuatro años que yo no abrazo a mi hija, no la veo. Me duele, porque yo no tendría que estar aquí. Yo tendría que estar con mi hija abrazándola, besándola […] Yo se lo dije a mi hija, mientras [Yo] esté con vida y esté de pie, voy a seguirte buscando. No voy a parar esta lucha hasta encontrar a Norma Dianey García García”.

“Ustedes son mi familia, porque han caminado conmigo”, dijo Lourdes García a las mujeres presentes y advirtió que la lucha será hasta encontrar a su hija, “como sea y hasta las últimas”.

Hace un par de semanas, durante su participación en la inauguración del Seminario de Capacitación para presidentas y presidentes municipales electos realizado en Toluca, el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, resaltó que la entidad se caracteriza por sus altos niveles de desarrollo urbano y enlisto los avances, que a decir de él, han posicionado a esta entidad como un referente de desarrollo para el resto del país.

También es uno de los estados con el mayor número de feminicidios en el país.

La violencia feminicida que persiste en México, se cobra la vida de 10 mujeres al día. Durante los primeros seis meses de 2020 (enero – junio) se registraron 1, 844 asesinatos de mujeres, convirtiéndose en el periodo más violento de los últimos 30 años.

De los 125 municipios mexiquenses, once de ellos cuenta con declaratoria de alerta de violencia de género; cinco están ubicados en el Valle de México: Nezahualcóyotl, Chimalhuacán, Ixtapaluca, Valle de Chalco y Chalco. A pesar de ello, las desapariciones y violencia feminicida se ha agudizado sobre todo en las pequeñas comunidades de la periferia.

En lo que ha sido nombrado como la Región de los Volcanes, las desapariciones y asesinatos de mujeres y niñas se ha incrementado alarmantemente en el último lustro. En los primeros meses de 2021, Amecameca registró dos feminicidios, a pesar de ello, esta demarcación, la misma que fue sede de esta jornada, no cuenta con declaratoria de alerta de género.

Pero la realidad que enfrentan mujeres y niñas está presente en los nueve municipios.

En febrero de 2019, el cuerpo de Vanessa Ruiz Guzmán fue localizado en Chimal, delegación de Ozumba. Vanessa fue asesinada por Ricardo Hernández Cruz, chofer de la Ruta 85. En 2020, su feminicida fue sentenciado a 70 años de prisión.

En este foro, Aby, su hermana, recordó esos días, los de la búsqueda por localizar a Vanessa; el dolor, las movilizaciones y la fuerza para acceder a la justicia. Agradeció a las mujeres que sin conocer a Vanessa salieron a las calles a gritar su nombre.

“Realmente el dolor es tan grande que lo único que queríamos era llorarle a Vanessa, pero no podíamos. Teníamos que pararnos todos los días a exigir justicia por ella. A buscar por nuestros propios medios la justicia”.

Pero Aby fue más allá de la denuncia, se permite lanzar una casi promesa a quienes se molestan por su presencia, sobre todo a las mujeres que se sienten ajenas a las movilizaciones, “nos representan hasta que la siguiente eres tú, tu mamá, tu hermana. Estoy segura que si la siguiente eres tú, serán las primeras en salir a gritar tu nombre. A exigir justicia”.

La periferia existe, porque resiste

Queremos hacer visible y descentralizar la lucha”, señaló una integrante de Libertad Morada Ixtapaluca. Acusó la invisibilización que existe en esta zona, de ahí que esta primera jornada de lucha tuviera como sede el municipio de Amecameca. Advirtió que en los municipios de la periferia, las mujeres no están solas, que toda la zona oriente estará unida.

Ser mujer en el estado de México, resaltó, es no poder tener ni un solo momento de tranquilidad. Es luchar por sobrevivir en un país que “nos odia”. Señaló que ante la inacción de los gobiernos, la organización es desde la autogesión y la creación de lazos entre las mujeres.

Esta primera jornada de mujeres y familiares que luchan en la periferia: Tejiendo redes feministas, permitió la compartición comunitaria del dolor. Sembró la reflexión en una zona donde la vida se ha convertido en una lucha constante para mujeres y niñas, pero sobre todo, nos recordó que la lucha en la periferia existe, porque resiste.

Texto: Verónica Galicia | Fotografía: Alfredo Valencia | Audio: Alejandrina Jiménez

 

 


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