25 años del EZLN: La causas que originan este movimiento son justas

Escrito por el 31 de diciembre de 2018

“Las causas que originan este movimiento son justas, son reales, en todo caso podrán cuestionar el camino que se eligió, pero nunca las causas”, fueron las palabras del Subcomandante Insurgente Marcos, el 1 de enero de 1994. Con ellas iniciaba la historia de la rebelión indígena chiapaneca, considerada por algunos, la primera revolución del siglo XXI.

Chiapas se encuentra al sur de México, en la frontera con Guatemala y con costa en el Océano Pacífico. Es un estado rico con un pueblo pobre. En 1992 el Banco Mundial consideró Chiapas como un estado con alto riesgo de un estallido social.

En el contexto histórico de la entidad, Manuel Vázquez Moltalbán en Marcos: El Señor de los espejos señala que la historia escrita registra tres grandes rebeliones “[…] la de los indios chiapanecas en 1532-1534; la de los chancuqueros y demás pueblos tzeltales en 1712; y la Chamula y otras comunidades tzotziles en 1869-1870 […]” [1]

Dividido constitucionalmente en 118 municipios, Chiapas ocupa el primer lugar del país en marginación por localidad, con una población indígena aproximada al 40%. En este estado la reforma agraria tras la Revolución Mexicana no llegó a efectuarse. La tierra quedó en manos de unos cuantos, los terratenientes; lo que motivo que la tierra se volviera un factor de conflictividad social. La riqueza de esta entidad lo coloca en  el centro de atención de sectores privados y gubernamentales, según reporta El Servicio Internacional para la Paz [SIPAZ][2], Chiapas concentra el 30% del agua superficial del país, además de contar con la más grande región hidroeléctrica del país.

El levantamiento zapatista de 1994 en Chiapas abrió una coyuntura importante en la discusión, organización y accionar de varios sectores de la sociedad mexicana. El planteamiento gubernamental de modernidad como un estadio de avance y bonanza económica en México se vio truncado tras el surgimiento de una de las realidades más antiguas de este país, quizá por ser antigua, olvidada o desconocida.

Bajo este escenario, el 1º de enero de 1994 fueron tomadas varias cabeceras municipales del sureño Chiapas. Las cabeceras con mayor población, las más importantes y simbólicas en ese estado fueron el escenario de enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas armadas. En medio de la irrupción armada, los insurrectos dan a conocer la Primera Declaración de la Selva Lacandona, donde declaran la guerra al entonces presidente Carlos Salinas de Gortari y al Ejército Mexicano. Con el histórico “¡Ya basta!”, interpelaron a todos los sectores de la sociedad mexicana, el EZLN en su primer manifiesto, señala las once demandas que motivaron el alzamiento en armas: “trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz”.

Así, el EZLN colocaba en el centro de la discusión el tema indígena y las muchas historias de injusticia, desigualdad, exclusión y explotación de la que han sido objeto por años los pueblos indígenas, así como,  la herencia de la lucha social de México:

Somos producto de 500 años de luchas: primero contra la esclavitud, en la guerra de Independencia contra España encabezada por los insurgentes, después por evitar ser absorbidos por el expansionismo norteamericano, luego por promulgar nuestra Constitución y expulsar al Imperio Francés de nuestro suelo, después de la dictadura porfirista nos negó la aplicación justa de las leyes de Reforma y el pueblo se rebeló formando sus propios líderes, surgieron Villa y Zapata, hombres pobres como nosotros a los que se nos ha negado la preparación más elemental[…][3]

Posterior a este primer manifiesto, la comandancia del EZLN emitirá, hasta el año 1998, cuatro declaraciones políticas más, en las que recoge la historia, propuestas, resultados y visiones de lo que ha significado la insurrección indígena. Estos manifiestos políticos son firmados por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena – Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional [CCRI-CG del EZLN] y marcarán etapas diferentes en la estrategia del movimiento rebelde.

Seis meses después del alzamiento zapatista, el EZLN emite la Segunda Declaración de la Selva Lacandona (10 de junio de 1994), en la cual llama a la sociedad civil a conformar la Convención Nacional Democrática (CND), con el objetivo de lograr los cambios profundos que el país demanda a través de un esfuerzo civil y pacífico. Asimismo, señala la existencia de una “prórroga unilateral del cese al fuego ofensivo” por parte de sus fuerzas, para permitir a la sociedad civil organizar una transición democrática en el país. Además de reconocer su participación para frenar el enfrentamiento armado y llamar a la partes en conflicto a establecer un diálogo.

En diciembre de este año, el EZLN irrumpe el cerco militar y ocupa 38 municipios del Estado y los declara “autónomos y rebeldes”. Reivindicando con esta formación los derechos políticos, sociales y culturales de las comunidades indígenas. En adelante se conocerán como Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas (MAREZ), coordinados por Consejos Autónomos independientes de la estructura militar del EZLN.

Un año después del alzamiento zapatista, emiten la Tercera Declaración de la Selva Lacandona [Enero, 1995], el EZLN hace un recuento del primer año de lucha, refrendan el  carácter de la lucha nacional y el tránsito de la lucha armada a una pacífica y civil, plasmada en el segundo manifiesto de 1994, para tal fin convocan, nuevamente, a la sociedad civil a la formación del Movimiento para la Liberación Nacional (MLN) para luchar por la instauración de un nuevo gobierno de transición, un nuevo constituyente y una nueva carta magna, además de la destrucción del sistema de partido de Estado.

En enero de 1996, el movimiento zapatista firma la Cuarta Declaración de la Selva Lacandona donde hace un recuento del año 1995 y, rememora la traición que el gobierno mexicano, sentado en diálogo con el grupo rebelde para buscar una solución política al conflicto, perpetra dándosela persecución política y militar de la dirigencia del EZLN. Es en 1995 cuando el gobierno encabezado por Ernesto Zedillo a través de esta ofensiva militar intenta recuperar lo que llamó la “soberanía nacional”. Ante este nuevo embate gubernamental, la sociedad civil lo obliga a encontrar una solución a través del diálogo y la negociación.

Los zapatistas convocan a quién se ha convertido en su interlocutor y aliado principal, la sociedad civil para que participe en una nueva fuerza política nacional, el Frente Zapatista de Liberación Nacional [FZLN]. Asimismo, llama a la formación de comités civiles de diálogo y la construcción de nuevos Aguascalientes como espacios de encuentro entre el zapatismo y la sociedad civil.

Esta declaración, la cuarta, concluye con el reconocimiento de la palabra como factor transformador, de negociación y el camino que el zapatismo adoptará como parte de su propuesta política de construcción y acercamiento:

La flor de la palabra no muere, aunque en silencio caminen nuestros pasos. En silencio se siembra la palabra. Para que florezca a gritos se calla. La palabra se hace soldado para no morirse en el olvido. Para vivir se muere la palabra, sembrada para siempre en el vientre del mundo. [4]

En los primeros meses de 1998, el gobierno ordena una ofensiva militar que tuvo como corolario las incursiones contra los municipios autónomos y pueblos zapatistas. El panorama en Chiapas era incierto, la suspensión del diálogo con el gobierno mexicano  ante el incumplimiento de los acuerdos de paz, conocidos como los Acuerdos de San Andrés Larráinzar, firmados y asumidos por Ernesto Zedillo, en abril de 1995; la marcha pacífica de los 1.111 zapatistas a la ciudad de México para exigir el cumplimientos de los acuerdo de San Andrés; y la masacre de 45 indígenas en Acteal a manos de grupos paramilitares en diciembre de 1997, mantenía en vilo la salida al conflicto que para ese tiempo contaba ocho años de existencia.

Seis meses después, el 19 de julio de 1998  es emitida la Quinta Declaración de la Selva Lacandona, donde se anuncia la realización de la “Consulta Nacional sobre la Iniciativa de Ley Indígena de la Comisión de Concordia y Pacificación y por el fin de la Guerra de Exterminio” como parte de la lucha por los derechos de los pueblos indios. Sobre la negociación y el diálogo, el EZLN señala que son posibles, si son verdaderos:

El diálogo y la negociación tendrán pertinencia, viabilidad y eficacia cuando, además de contar con una mediación, la confianza y la credibilidad se restituyan. Mientras tanto, sólo puede ser una farsa en la que no estamos dispuestos a participar. No para eso entramos al diálogo. Entramos para buscar vías pacíficas, no para ganar tiempo apostando a trapacerías políticas. No podemos ser cómplices de una simulación.[5]

En los primeros días de marzo de 1999, el EZLN organiza la “Consulta Nacional por el Reconocimiento de los Pueblos Indios y por el fin de la Guerra de Exterminio”, convocada en la Quinta declaración de la Selva Lacandona, el objetivo es preguntar a la sociedad civil si apoyaba o no los Acuerdos de San Andrés, la vía del diálogo y el regreso de los soldados a los cuarteles. Cinco mil delegados/as zapatistas salen de los cinco Aguascalientes, en Chiapas para promover dicha consulta, el recorrido incluye todo el territorio nacional. El 21 de marzo se realiza la consulta, participan 2 millones 800 mil mexicanos y 48 mil más que viven en el extranjero, la mayoría da su aval a los acuerdos.

Para junio de este año, se registra un aumento significativo en incursiones militares y policíacas en comunidades zapatistas, hostigamiento de militares en los retenes, detenciones arbitrarias de presuntos zapatistas y concentración de tropas militares.

En el 2000 hay elecciones presidenciales, después de 71 años de gobierno ininterrumpido el Partido Revolucionario Institucional [PRI] pierde las elecciones, la vaticinada alternancia llegaba con el arribo al poder de Vicente Fox Quesada, abanderado del derechista Partido Acción Nacional [PAN].  Fox en campaña prometió solucionar el problema en Chiapas “en quince minutos”. El primero de diciembre, mismo día en que Vicente Fox asume el poder, la comandancia zapatista anuncia que realizaría la Marcha del color de la tierra hacia la capital mexicana.

El trayecto duró dos semanas. El 11 de marzo de 2011, la comandancia zapatista acompañada de una multitudinaria solidaridad nacional e internacional entra a la Ciudad de México, corazón del país que los había olvidado. Ahí es recibido por diferentes sectores de la sociedad civil, misma que había sido su interlocutora y aliada desde el inicio del conflicto armado de 1994. Un millón de personas le dieron la bienvenida a los/as comandantes, entre ellos  José Saramago, DanielleMiterrand, José Bové, Manuel Vázquez Montalbán, Alain Touraine, y declaraban su apoyo Noam Choamsky y Eduardo Galeano, entre otros.

Después de interminables debates sobre el uso de la tribuna, el 28 de marzo los 23 comandantes del EZLN llegan a hablar en el Congreso de la Unión, en voz de la comandanta Esther, los zapatistas fijan su postura sobre el reconocimiento de los acuerdos de San Andrés, el mensaje fue televisado. Con esta participación, la comandancia termina el periplo que había iniciado en marzo y, regresan a su bastión chiapaneco.

En abril de ese año, un mes después de la visita de la comandancia, la Cámara de Diputados aprueba la Ley de Derechos y Cultura Indígena, ley que desconocía los acuerdos de San Andrés de 1995 y, la autonomía de los pueblos indígenas. Con la aprobación de esta ley por todos los partidos -incluido el de izquierda-, el EZLN lo considera una traición, especialmente por parte de Cuauhtémoc Cárdenas, líder moral del Partido de la Revolución Democrática [PRD] y ex candidato presidencial en 1988 y 1994, quien en diversas ocasiones había sostenido reuniones con la guerrilla.

El 29 de abril, la dirigencia zapatista emite un comunicado donde desconoce la reforma constitucional sobre derechos y cultura indígena. A partir de ello, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional rompe el diálogo con el gobierno y,  de abril a diciembre de 2002, se queda en silencio.

[1] Manuel Vázquez Moltalbán. Marcos: El Señor de los espejos. Punto de lectura. México, 2001. p. 417.

[2]SIPAZ es una organización nacida después del levantamiento zapatista de enero de 1994 en Chiapas, México. Datos sobre esta organización se encuentra en http://www.sipaz.org/data/chis_es_02.htm#TIERRA (consultado 28 abril del 2012).

[3]EZLN Documentos y comunicados 1° de enero / 8 de agosto de 1994. Era. México, 2000. p. 33

[4]EZLN Documentos y comunicados 3. 2de octubre de 1995/ 24 de enero de 1997. Era. México, 1998.     p. 89

[5]EZLN Documentos y comunicados 4. 14 de febrero de 1997/ 2de diciembre de 2000. Era. México, 2003. p. 232

Escrito por Verónica Galicia


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